Akoni, nacido en Benín, tenía 12 años en 1770, en su aldea de Dabeya. Creció en la felicidad de su familia, hijo del rey Djibali. Sus días estaban llenos de juegos inocentes e historias compartidas alrededor del fuego. Akoni es un niño curioso, ingenioso y querido por todos en la comunidad yoruba.
La historia comienza describiendo la belleza de la vida cotidiana en la aldea, donde Akoni descubre el mundo que le rodea con asombro. Las tradiciones, creencias y costumbres yoruba se presentan con todo lujo de detalles, transportando a los lectores a la encantadora atmósfera del África del siglo XVIII.
Sin embargo, la felicidad de Akoni se ve repentinamente truncada por la llegada de forasteros portugueses, esclavistas en busca de jóvenes cautivos para venderlos a las plantaciones de las Indias Occidentales. El Rey quiere proteger a su pueblo, se declara la guerra y el desenlace será trágico. Akoni es capturado, arrancado de su familia y de su hogar.
El viaje de Akoni a través del Océano Atlántico a bordo de un barco negrero está retratado con conmovedora realidad. Los lectores sienten el dolor físico y emocional de los esclavos hacinados en condiciones inhumanas, enfrentados a la enfermedad, el hambre y la crueldad despiadada de los negreros portugueses.
